Colección: Papel de pared

Un patrón bien elegido cambia el humor de una pared sin subir el volumen. Me inclino por rayas finas, botánicos discretos y microgeometrías que dejan pasar la luz y conversan con lino, madera y cerámica.

El papel puede enmarcar un rincón de lectura, marcar un pasillo o acompañar el sofá sin robar protagonismo. Pienso en colores con subtono cálido para que la casa se lea como un todo.

El secreto está en elegir escala y ritmo. Cuando se acierta, casi no se nota: solo se siente bien.