Colección: Mesa

Poner la mesa ordena el día. Trabajo con lino y algodón lavado por su caída noble y su transpirabilidad: un mantel define el gesto, un camino da profundidad, las servilletas ponen el acento que queda en la memoria.

Poner la mesa, poner la casa

Las paletas nacen de la casa: neutros cálidos y tonos tierra que se repiten en otras estancias para que todo converse. En diario busco caídas medias y tejidos que se laven sin prisa. En ocasiones amplío la caída y dejo que el borde dibuje la ceremonia. Me gusta alternar liso y textura —o un estampado contenido— para dar ritmo sin agitar.

Confort y conversación

La mesa también se lee por capas: base tranquila, contraste suave, un guiño final que cierre la escena. El protocolo ayuda, pero lo esencial es que cada comensal encuentre su sitio y haya espacio para la charla. Una vez que la estructura está, la creatividad va sola: cambias servilletas, repites un color en el centro, y la mesa dice algo nuevo.