Petrópolis 1951

Envuelve entonces tu angustia en telarañas

y arrójala al pozo

Esta historia comienza un 23 de abril, cuando leí estos versos por primera vez.

Provenían de un libro escrito por Carmen L. Olivera, en donde se relataba una historia de amor entre una poetiza de nombre Elizabeth Bishop y Lota de Macedo Soares, una arquitecta brasileña autodidacta. La tinta, el metal y la naturaleza se mezclaban en Samambaia, donde Lota había construido su hogar.

Con los poemas de Bishop bajo el brazo, decidí viajar a Río de Janeiro. Buscaba esa efervescencia cultural en esa ciudad de los años ’50 y sentir un choque frontal con ese amor tan frondoso en palabras y en entorno.

No tardé en emprender un segundo viaje: el viaje interno de la colección. El que vibra y duele. El que se traduce en colores y texturas. El que nos regala sonidos y latidos que no entienden de días y horas, ni de países ni fronteras.

Por eso en Lo de Manuela hemos decidido reproducir esa jungla en mural para llevarla a cualquier rincón de nuestra vida y hemos convertido el canto de los loros y guacamayos, su banda sonora, en nuestro hilo conductor. Negro sobre blanco en honor a esas letras sobre papel, y de suaves colores sobre lino natural en honor a la desnudez de la piel y el alma en contacto con la naturaleza rica y salvaje. También están presentes los colores en lino, como despertares de aquella cultura que pobló la casa de Lota.

Os invitamos a emprender este viaje, a esa casa, a ese entorno y a esa época donde, como mejor lo ha dicho Bishop:

donde la izquierda es siempre derecha,

donde las sombras son realmente el cuerpo,

donde pasamos las noches en vela,

donde el cielo es tan llano como el mar

y donde tú me amas.

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