Manuela y yo estamos muy en sintonía en este sentido. Nuestros amigos en común temen nuestros regresos de vacaciones porque siempre organizamos varias comidas, como excusa perfecta para enseñar cada una de nuestras fotos, y relatar cada instante.
Es por ese motivo por el que decidimos que de una manera u otra nuestras colecciones deberían retener esos momentos, muchos de ellos reales, otros producto de nuestra imaginación, pero siempre fruto de la experiencia que regaló cada destino: los bajoplatos y las bandejas de cada colección son los encargados de plasmar esos instantes.
Desde que empezamos esta aventura hemos querido que cada colección esté llena de historias y sin duda el mejor lugar donde contarlas es alrededor de una mesa. En nuestro primer viaje a África juntas conocimos Sabi Sand, el mejor lugar del mundo para hacer un safari. Allí puedes reencontrarte con el mundo animal por primera vez. Todavía recuerdo las calurosas noches tumbadas en la cama bajo el ventilador, escuchando los sonidos de la naturaleza.
El bajoplato Mali nació una noche gracias a un contador de historias local, llamados Griots. Ellos han sido los responsables desde la Edad Media de conservar de boca en boca las leyendas, batallas y tradiciones de las tribus. Durante toda la noche y alrededor del fuego nos transportó al nacimiento del imperio de Mali, y a la heroica figura del León de Mali, que unió a los pequeños pueblos contra un enemigo sanguinario.
Durante nuestra travesía por Marruecos, y bajo el paraguas de la colección Despertares, nacieron Rabat y Marrakesh. Son unos de mis bajoplatos preferidos, ideales para ahora que llega el buen tiempo. Sus tonos turquesas y verde agua acompañan de maravilla a cualquier ambiente exterior.
Los corazones de Elizabeth Bishop y Lota de Macedo Soares latieron intensamente durante la pasada primavera, dejando como legado una serie de dos bajoplatos, distintos en medida y forma, que te transportan a las húmedas tardes de la selva atlántica en Petrópolis, Brasil.
Shamba y Calafia fueron los últimos en llegar a nuestra alacena. ¡Pero no por eso son los menos importantes! El verde, el lima, el azul medianoche y el beige aportan contraste a los animales de la sabana. El árbol y las pasturas en la Shamba se funden con los animales que allí la habitan y se vuelven indivisibles, ya que es imposible imaginarse el uno sin el otro. Esta colección celebra la naturaleza y a los animales que se nutren de ella, los verdaderos dueños de la sabana.
Por su parte, el diseño Calafia, disponible en arena y marrón oscuro, conforman los colores del desierto de California 1960 y homenajean a la diosa que dio origen al nombre de esa tierra.
Las bandejas
Del corazón de los bosques de Suecia, de la mejor madera de abedul, surgen nuestras bandejas. Son pura artesanía sueca elaborada en Nybro, al que hemos aplicado nuestros diseños exclusivos. El resultado de la simbiosis es perfecta: diseño y funcionalidad.
Una bandeja facilita la vida. Cuando alguien te pone las cosas en bandeja es que te las deja con fácil respuesta y resolución. Y así es como queremos llegar a tu hogar: embelleciendo y facilitándole el día a día.
Además de poder completar los bajo platos de la colección Shamba y Petrópolis, con sus bandejas correspondientes, me gustaría destacar que puedes complementar tu mesa con maravillosos estampados en Paisley o con el blanco y negro tan distintivo de nuestras primeras colecciones de África.
Así es como mimamos cada detalle de todo lo que queremos que forme parte de tu casa. Como verás detrás de cada objeto hay una historia, un cuento, un momento que ha sido importante, tanto para Manuela como para mí.
Nuestras colecciones no dejan de ser un álbum de fotos particular, en el que a través de los colores, los materiales, los recuerdos y las historias os contamos cada temporada un poquito más de nosotras.