Hoy cumplimos un año y qué raro, yo estoy en un aeropuerto dibujando destinos en un mapa y con mi libreta llena de garabatos que pronto significarán el principio de una nueva colección!
¡Qué gran año hemos pasado, queridas y queridos míos! Quién nos hubiera dicho un año atrás, cuando sacamos a relucir nuestra primera colección y nuestras sonrisas nerviosas al mundo, que hoy nos revolotearían las mismas mariposas a la hora de elegir por dónde seguir creciendo!
Anoche lo hablábamos con Martina por teléfono, cuando se está por parir, una no sabe cómo será ese bebé ni cómo una ejercerá su rol de madre. Se tienen expectativas, pero todo son incógnitas. Hoy, cuando nuestro bebé ya gatea y mira el mundo con sed de todo, ya sabemos cómo somos como mamás, y todas esas expectativas de hace un año son mas reales que nunca, porque muchas de ellas se han cumplido y las otras vienen viniendo.
Lo de Manuela hace su primer año y estamos donde queremos estar. Nuestros amados objetos se hacen desear desde 3 de las tiendas más bellas de decoración, y desde nuestra web, donde cada día más, la gente se deja enamorar por nuestra filosofía. Nosotros, el equipo, seguimos enseñando lo que mejor sabemos hacer, que es plasmar la belleza en los objetos, y yo sigo a punto de embarcar y coronar otro destino, llena de emoción por lo que acabo de vivir, y cargada de ilusiones por lo que está por llegar, ¡qué mejor manera de encarar nuestro segundo año de vida!
Querido equipo, gracias por la pasión que ponéis cada día en nuestro proyecto en común, gracias por escuchar y magnificar mis delirios, y gracias por dar la cara por mí, que tras un año, habéis demostrado que lo hacéis de maravilla. Sigamos creando estas sinergias y las más bellas colecciones.
Y como decíamos con Martina, estemos muy atentos porque nuestro retoño se está por soltar a andar solito, y con ello, el ritmo de la vida será, si cabe, aún más trepidante.
Ante un pastel de frutos rojos imaginario (de Yann Deusche, mi favorito) y con nuestra primera velita flameando en si centro, cierro los ojos y pido un deseo (¿o son tres? ¡Pido tres, por pedir, que no quede!), os miro a los ojos desde el alma y brindo por más y mejor. Y apago el móvil que la azafata me está amenazando con echarme del avión. Ésta ha dormido menos que yo, la pobre.
¡Cumpleaños feliz, Manuelas de mi vida, os quiero mucho!
À bientôt!