La suerte ha hecho que mi vida haya sido como un viaje de muchas estaciones. A veces he estado sola, muchas otras acompañada, pero siempre ha habido en ella una constante: la travesía la he hecho siempre en libertad. Y cada vez que la lucha agota, que los titulares desaniman, que el ángulo de la cuesta se hace demasiado pronunciado para llegar a la cima, pienso en ellas.
Para mí, cada día es el Día de la Mujer. No, de verdad. ¿Cómo logro verlo así? No solo rodeada de un equipo de personas para los que la desigualdad es algo del pasado, sino también homenajeando a las que ya no están, a aquellas mujeres gigantes sobre cuyos hombros hoy todas nos alzamos. Porque de eso se trata Lo de Manuela; de recuperar el pasado para hacerlo brillar en el presente. A ellas les doy gracias y de ellas con algo me quedo para que me acompañe todos los días.
De la baronesa Karen Blixen me llevo su sentido de la aventura. Su empatía y su capacidad de contar historias de culturas extranjeras como si fueran algo propio son los cimientos sobre los que se nutre todo nuestro trabajo.
De Anna Karenina me quedo con el valor. Porque fue tenerlo todo y arriesgarlo por completo al encontrar el amor. Y si bien sus huesos son palabras y su piel una sobrecubierta, logró enseñarme que la celda a veces se la construye uno mismo en su interior.
De Lota y de Elizabeth aprendí que hay veces que las mezclas simplemente funcionan por más de que no cuadren en tu cabeza. Como el metal con la piedra o la tinta sobre el papel, de las fusiones se aprenden y lo colectivo puede llegar a ser mucho más que lo individual. Solo hay que atreverse.
Lange me dejó la denuncia, como un grito desgarrador en la piel, porque a veces es tan necesario vivirla para iniciar el cambio, al igual que el viento y la lluvia, cuyo caos siempre augurará una nueva primavera.
A estas mujeres me he encontrado en estos viajes, en estas colecciones. Y no puedo estar más orgullosa de compartir el género con ellas.
Y es que… je suis la femme de ma vie. Yo soy la mujer de mi vida. Lo soy gracias a ellas. A las que lo lograron. Lo soy gracias a ti, mujer, hermana, amiga, compañera, desconocida pero tan afín. Y lo serán todas aquellas que están por venir.