Nacimos de viajes y de las historias que nos sucedieron en ellos. Aprendimos de losrelatos que hay detrás de los objetos, esos que nuestros abuelos siempre sabían hacer aparecer cuando pasábamos un dedo por una de las joyas de sus estanterías. No eran más que objetos, algunos con valor, cierto, pero muchos de ellos valían la maravillosa aventura que llevaban impresa en su materia.
De ahí surge Lo de Manuela, de esa magia que se pega a las cosas y las eleva al nivel de lo íntimo y personal. Ya no son sustituibles, se hacen parte del equipaje que te acompañará el resto del camino, casi como una segunda piel, por lo tanto, son imprescindibles.
Nuestro ADN son los viajes de Manuela, de ellos surgen nuestras colecciones que pretenden, con sus historias, llegar a ti a través de tus seis sentidos. Que viajes, veas, huelas, acaricies, recuerdes, te emociones, y de esa manera dotes de vida a las cosas que entran en tu casa. Pretendemos que aprendas a ser exigente con ellas porque van a formar parte de ti, les vas a enseñar tu espacio más íntimo, y así como has de ser selectivo con las personas que eliges en tu vida, has de serlo con los objetos que conformarán tu núcleo.
Sin embargo, en un mundo en el que no se puede viajar, porque la naturaleza nos ha mandado a replegarnos a cada cual en su nido, el viaje que queríamos proponerte se convierte en uno mucho más intenso e interesante.
El viaje mínimo que supone la conquista más importante en la vida: la vuelta a ti, a lo más sutil y personal de tu existencia. Una caricia necesaria a la propia piel y la de los tuyos, para mirar a sus ojos con detenimiento y amarlos por la pura materia que son.
El merecido homenaje a lo bello, tierno, suave y sencillo sin más, porque, por esta vez necesitamos que solo sea eso, algo tan limpio y esencial como el agua.
Un viaje hacia adentro para reconocer y ser crítico con el terreno que te acoge, te cobija y te acuna, saber si este y tú sois compatibles, y si es necesario, volverlo a dibujar, porque ahora es el momento.
Esta temporada en que la vida nos obliga a pegar un volantazo, desacelerar y volver, te invitamos a (re) conocer nuestros básicos. Te volvemos a tararear una canción que se quedó como melodía de fondo de otros viajes más exóticos y pomposos, y te ofrecemos linos y algodones como nunca antes los habías visto.
Volvemos a lo básico, a lo bonito sin artificios, a la naturalidad que hace que seamos mejores personas. Porque cuando enseñas lo más puro de ti, recibes lo mejor y más puro de los demás, y esa es la mejor lección que podemos sacar de esta etapa.
Esta vez Lo de Manuela te da la bienvenida a tu propio mundo, para que luego lo llenes del nuestro.