Una caricia al terciopelo y estás a punto de salir a escena. Detrás del pesado telón de terciopelo rojo el público espera ser contagiado de lo que vayas a darle. Tu corazón se sale de tu cuerpo.
Pocos tejidos tan versátiles, con tanto peso y personalidad como para vestir a personajes tan diversos a lo largo de la historia, y ahora también vistiendo tu casa.