Traerse el desierto a la casa. Domarlo, pero sin quitarle su espacio. Hacer que los riscos, la arena y los cardos se desplieguen ante uno sin perturbación alguna, como si nadie nunca los hubiese observado. Lograr que la paz del desierto venga a uno, de la misma manera que uno suele ir al desierto a refugiarse entre las nubes.
Así fue como Richard Neutra se imaginó el lugar cuando recibió el encargo de su vida: crear una casa de escape de invierno para un magnate de Pensilvania. El resultado es una de las obras de arquitectura más icónicas del estilo internacional del siglo XX.
En esta casa empieza y acaba en viaje que inspira la nueva colección de Lo de Manuela.
Una casa única en un lugar único, donde los caballos Mustang y los nativos americanos convivían con el creciente público de artistas que buscaba esconderse, aunque fuera por unos días, de sus responsabilidades. Un lugar donde un Sinatra, un Boggart o unos Kennedy se sentaban a mirar las estrellas y a inspirar el aire de la naturaleza.
Se trata de California, la tierra de Calafia, el lugar donde la arena y la tierra le ganan la guerra a todos los elementos, donde el arte y el cine entra por cada poro de tu piel, donde las siluetas de los cardos y flores se mezclan en cada uno de los paisajes y a donde nosotros, con la fuerza del lino, del terciopelo y a bordo de un caballo salvaje, nos dirigimos esta temporada.
Esta travesía no inicia en el presente sino que viaja por los recuerdos, enmarcada en una vieja historia de amor que hoy me devuelve al desierto de California, donde amé y desamé profundamente.
¿Quieres que te la cuente?
Toma asiento, respira y bienvenido a California, 1960.